Cartel del histórico encuentro |
Aprovechando la ocasión de tener a doce estrellas del fútbol bajo sus ordenes,deciden entrenar en el patio de la panadería,es así como se crea el FC Start formado por simpatizantes comunistas todos ellos,estan dispuestos a disputar el primer partido oficial con overoles y botas de trabajo.
Los nazis usaron el fútbol como método de propaganda,quisieron organizar el Mundial de 1942 y decidieron crear una liga en la participaron seis cuadros. Cuatro representaban a ejércitos del Eje. El quinto era el Rukh, formado por colaboracionistas locales;el sexto, el FC Start, que en el primer partido aplastó por 7 a 2 a sus compatriotas.
Kordik obligó a jugar al equipo en ese torneo,a sabiendas de los riesgos de lo que podía pasar.La caridad de los compatriotas les permitió comprarse calcetinas y ropa deportiva,el FC Start se había convertido en un símbolo de resistencia. Jugando en un pequeño y atiborrado estadio siguió goleando sin piedad a sus rivales. El 6 de agosto se coronó campeón invicto humillando por 5 a 1 al Flakelf, el invencible seleccionado de la Luftwaffe.“Pese al marcador, ambos equipos fueron parejos”, informó una escueta nota de prensa nazi.
Al día siguiente los alemanes tapizaron Kiev con carteles que anunciaban una innecesaria revancha, que se jugaría dos días después. Ese caluroso domingo 9 de agosto, el Estadio Zenit estaba repleto. En la tribuna, oficiales nazis; en las galerías, el pueblo ucraniano custodiado por soldados y mastines. El árbitro,el cual estaba vinculado con los nazis, advirtió al Start que debía saludar a sus rivales con un sonoro “Heil, Hitler”. En vez de ello, en la cancha los ucranianos se golpearon el pecho y gritaron a la usanza comunista ¡Fizculthura!
El estadio repleto y abarrotado de gente |
Equipo FC Start |
Extrañamente, el fin de semana siguiente el FC Start volvió a jugar y goleó por 8 a 0 al Rukh. Pero dos días después nueve de sus jugadores fueron detenidos por la Gestapo y acusados de sedición. El volante Nikolai Korotkykh fue ejecutado en el acto: su propia hermana lo había denunciado como espía ruso. Tras semanas de torturas el resto fue enviado al tenebroso campo de concentración de Siretz. Luego de un ataque de partisanos ucranianos se ordenaron fusilamientos selectivos como amedrentamiento. Kuzmenko, Klimenko y el arquero Trusevich fueron ejecutados. Este último murió con su camiseta puesta gritando “¡el deporte rojo nunca morirá!”. Sus cuerpos fueron lanzados a un barranco.
Monumento a los jugadores |
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