16 may 2012

La historia interminable: Policía española agrede salvajemente a manifestante detenido







La historia interminable o el cuento de nunca acabar, como prefieran. La policía española, una vez más, como cada vez que hay algún tipo de intervención policial contra concentraciones pacíficas, agrede salvajemente a un ciudadano. Además, los tratos degradantes en comisaría siguen presentes.


Como en las peores dictaduras, los ciudadanos del estado español deben temer a los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, esos que, supuestamente, deben estar para velar por su seguridad. Sin embargo, una vez más, las imágenes grabadas por ciudadanos en las calles, vuelven a demostrar la realidad de los hechos: en este estado la policía, en especial los agentes de los cuerpos anmtidisturbios, tienen carta blanca para actuar con toda la violencia que consideren oportuna contra los ciudadanos indefensos, gozando para ello de total impunidad y con el consentimiento, cuando no el mandanto, de los jefes policiales, así como de los políticos de turno.


Una vez más, y ya es norma habitual, un policía agrede salvajemente a un ciudadano, esta vez a uno de los detenidos durante los desalojos en Sol, al que el agente golpea brutalmente en la cabeza en, al menos, dos ocasiones, una mediante un puñetazo salvaje, y otra golpeando con la cabeza del detenido contra el furgón policial. Salvajismo y barbarie torturadora en su pura esencia.
Para más inri, el agente, cobarde y desalmado, golpea al chico cuando, piensa él, nadie puede verlo, para que no queden "huellas" de su agresión, y nadie pueda si quiera denunciar su actitud fascista, totalitaria y propia del matón de barrio que debe ser.
Esto, a su vez, nos lleva a pensar en todo lo que esos pobres ciudadanos deben sufrir en las comisarías una vez son trasladados allí tras su detención, esa comisarías, donde, allí sí, nadie puede ver lo que hacen, pues el estado español se niega a poner cámaras de vigilancia en ellas, tal y como le han recomendado decenas de veces diferentes organismos de Derechos humanos, incluída la propia ONU. 
Pero saben que si pusieran tales cámaras, estos policías, cuyas manos están acostumbradas al maltrato y los golpes, que actúan ya sistemáticamente de tal manera (como demuestran vez tras vez las imágenes que vemos en las calles con manifestantes y detenidos), se verían en serios problemas, incluídos también, por supuesto, los políticos y los jueces que toleran y no hacen absolutamente nada para acabar con estos maltratos policiales, propios, como decimos, de las peores dictaduras.
La democracia en el estado español es una de las mentiras más gordas jamás inventada. Nunca la ha habido, y nunca la habrá mientras el estado no ponga freno a estas conductas intolerables. Un estado donde sus ciudadanos temen a los agentes de la policía, donde saben que, por el simple hecho de salir a protestar en las calles, pueden acabar siendo maltratados por agentes policiales en la misma calle o cualquier comisaría, jamás podrás ser una democracia. La democracia es otra cosa muy diferente y se basa, antes de nada, en el respeto a los derechos humanos, cosa que en el estado español brilla, y cada vez más, por su ausencia.
Vean el vídeo abajo y juzguen ustedes mismos.



No hay comentarios:

Publicar un comentario