15 feb 2011

Los animales no son vestimenta.

Cerca de un centenar de activistas de Igualdad Animal se concentraron el sábado en la Plaça Catalunya de Barcelona en contra del uso de los animales como vestimenta. Para abrir un debate social entre la ciudadanía, a la que se le oculta la procedencia de los productos y complementos de piel, cuero, lana, plumas y pelo, los activistas mostraron algunos de los cadáveres de los animales víctimas de esta industria.
Los animales, recogidos de los contenedores de las granjas, murieron víctimas de la explotación a los que se les somete para transformarlos en productos de consumo. Los activistas, sólo tuvieron que pasear por unas cuantas granjas de explotación de visones, conejos y terneros para encontrar los cadáveres de estos animales.
Los terneros son explotados y muertos para producir cuero, los visones, corderos y conejos para la producción de complementos de piel o lana, los patos para la producción de almohadas, edredones y otros productos. Y todos ellos, y muchos más, para producir materiales que pueden causar los mismos efectos decorativos o de abrigo que producen los materiales sintéticos y sin explotación de los que ya disponemos.
Este acto forma parte de la visualización de la investigación que, durante más de dos años, han llevado a cabo los activistas de Igualdad Animal en granjas de visones de todo el Estado. En estas investigaciones se han podido observar las brutales escenas que se ocultan detrás de los muros de estos centros de explotación: animales sin extremidades y en carne viva, trastornados psicológicamente hasta el punto de automutilarse y presentar comportamientos neuróticos y estereotipados , estrés por hacinamiento que les hace pelearse entre ellos hasta el punto de hacerse grandes heridas o provocar la pérdida de los ojos y toda una serie de horrores que han sido denunciados por la asociación en la campaña y en este acto.
Con esta puesta en escena, Igualdad Animal pretende crear un debate social en torno a la explotación que sufren aquellos individuos que no forman parte de nuestra especie, para mostrar que esta discriminación es arbitraria y no responde a ninguna necesidad que no se pueda cubrir de otras formas más respetuosas con la vida de todos los seres que tienen interés en vivir y no sufrir.
Las personas que pudieron ver el acto en directo se mostraban chocadas al ver los cadáveres de los animales, incluso pensaban que los animales estaban sedados para participar en una performance o, a pesar de entender que estaban muertos, pensando que se aprovechaba la piel de los animales que morían de causas naturales y no asesinados para ser convertidos en productos, mostrando así que, la desconexión entre la realidad y el imaginario de la ciudadanía, es una barrera que sólo puede romperse si se muestra la verdad a la luz pública.
Por suerte, las generaciones futuras no están alejadas de la conexión con la realidad a través de la empatía, y el sentimiento que les despertaba ver los animales muertos era el de una gran injusticia y el de que hay que hacer algo para acabar con la explotación y la injusticia.

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